25 mayo 2008

Premio Dardo

Bueno ante todo un saludo y una disculpa, he dejado un poco abandonado este blog por motivos personales (mas que personales, estudiantiles). Tenia algunos artículos en cola de espera para ser publicados pero no he tenido tiempo para darles una buena revisión y ya publicarlos, pero pronto lo haré, quedan dos escasas semanas de clases, mas una de exámenes.

Premio Dardo


Ahora si, hace ya casi 3 semanas (perdón por el tiempo transcurrido recién me desocupo), recibí, este premio de parte de Carlos, el Estudiante de Historia: El Premio Dardo. Este premio valora el esfuerzo que cada blogger muestra cada día en su empeño por transmitir valores culturales, éticos, literarios, personales, etc.

Bueno en este caso también se merecen tal distinción:
Felicitaciones y que esto nos incentive a seguir adelante (y a ya no volver a descuidarnos en mi caso jeje).

02 mayo 2008

Héroes del silencio

Las victorias militares peruanas. Este dia se cumplieron 142 años de la victoria naval del 2 de mayo. Un pretexto para hablar de las batallas que el Perú ganó durante su vida independiente. Son pocas, pero son. A despecho, de que muchos de sus protagonistas estén en el olvido.

Es probable que el trauma de la Guerra del Pacífico (1879-1884) haya ensombrecido la historia militar peruana y las palabras "derrota" o "inmolación" hayan calzado perfecto con nuestros héroes nacionales más consagrados. A estas alturas de nuestra historia, a alguien le suena conocido los nombres de Eloy Ureta, Carlos Miñano, José Manuel Clavero o Óscar R. Benavides. Tal vez al último de los nombrados se le recuerde por su discreto papel como presidente, sin embargo, todos ellos fueron militares peruanos que alguna vez salieron airosos en una batalla. ¿No es irónico que las pocas victorias nacionales sean solo conocidas por historiadores?

GENERALES SIN MEDALLAS
Es notorio también que en la mayoría de guerras hayamos cumplido el papel de víctimas. El combate del 2 de mayo fue para rechazar el intento de España por volver al Perú; en la guerra del Pacífico sufrimos la voracidad del invasor; en 1911 tuvimos que rechazar una invasión colombiana; en 1941 repelimos las agresiones territoriales del Ecuador (aunque esta vez invadimos toda la provincia ecuatoriana de El Oro); y en 1981 otra vez nos defendimos de una incursión de nuestro vecino norteño.

Si bien perdimos la gran guerra del siglo XIX, antes y después tuvimos victorias militares significativas. En ese siglo hubo hasta cuatro enfrentamientos ganados por nuestros ejércitos, de los cuales el más renombrado es el 2 de mayo. Pero, antes, en 1827, Agustín Gamarra, entonces prefecto del Cusco, organizó un ejército que invadió Bolivia con la finalidad de eliminar la influencia colombiana y bolivariana al gobierno de Sucre.

Incluso en tiempos de la Confederación Peruano Boliviana (1837-1839) le perdonamos la vida a Chile. Según refiere el historiador Juan Luis Orrego, el gobierno chileno se oponía a este acuerdo y envió dos expediciones para combatirlo. "La primera de ellas, al mando del general Manuel Blanco Encalada llegó hasta las afueras de Arequipa, en Paucarpata -cuenta Orrego-. Ahí se encontró frente a frente con el ejército peruano-boliviano al mando de Santa Cruz y estando cercado por éste todas las evidencias que tenemos apuntan a que si se producía un enfrentamiento, nuestras fuerzas hubieran aplastado a las chilenas porque las superaban en número y en armas. Sin embargo, Santa Cruz decidió evitar el enfrentamiento, obteniendo a cambio la firma de un documento que reconocía la existencia de la Confederación, el cual después fue desconocido por el gobierno de Chile".

Y el tercer enfrentamiento del siglo XIX que nos favoreció se dio entre 1859 y 1860, durante el segundo gobierno de Ramón Castilla. El gobierno ecuatoriano había pagado a los acreedores ingleses con tierras peruanas ubicadas entre los ríos Pastaza y Bombonaza, lo que motivó la protesta peruana. Al no haber rectificación, Castilla decidió invadir Guayaquil. Tropas peruanas tomaron el puerto ecuatoriano firmándose luego el Tratado de Mapasingue (nombre de la hacienda guayaquileña donde se realizó el acuerdo), a través del cual Ecuador anulaba la venta de dichos territorios.

DESPUÉS DE LA HECATOMBE
Terminada la guerra con Chile, se inicia lo que Basadre llamó el periodo de Restauración Nacional, sin embargo en 1911 nuestro país se vería enfrascado en otro problema fronterizo. Colombia reclamaba una salida soberana al Amazonas e invadió nuestra frontera. Entonces el gobierno de Leguía envió un contingente militar a la amazonía al mando del general Óscar R. Benavides. Una tarea difícil, dadas las comunicaciones de la época, y aunque no fue específicamente una batalla, se produce un enfrentamiento en La Pedrera entre el 10 y el 12 de julio, consiguiéndose expulsar al invasor. Ahí tuvo destacada participación el teniente José Manuel Clavero Muga al mando de la cañonera América. La expedición vuelve a Lima con aires de gloria. "Fue un golpe de aliento para el Perú después del trauma de la derrota con Chile", dice Orrego.

Pero esta historia terminaría mal, pues en 1924 el tratado de Salomón Lozano cedería el territorio en disputa a Colombia.

Sin embargo, tendrían que pasar dos décadas para que el Perú gane su primera guerra formal. Fue en 1941 frente a Ecuador, en una campaña eficiente, donde por primera vez en esta parte del continente se utilizó paracaidistas. Luego de una serie de agresiones ecuatorianas y enfrentamientos, que van desde enero a julio de ese año, se produjo la Batalla de Zarumilla (24 y 25 de julio). A través de ataques aéreos y terrestres, el Perú consigue ocupar la provincia ecuatoriana de El Oro. Ahí tuvieron destacada actuación el general Eloy Ureta (después elevado a mariscal) y una serie de mandos militares como Carlos Miñano, Manuel Odría, Miguel Monteza Tafur, entre otros. El héroe máximo de la campaña fue el capitán FAP José Abelardo Quiñones, quien dirigió su avión en llamas contra la artillería enemiga, en vez de lanzarse en paracaídas. El conflicto terminó con la firma del Protocolo de Río de Janeiro, que sería desconocido más de una vez por Ecuador, generándose en 1981 el último incidente fronterizo ganado por el Perú.

LAS VICTORIAS SIMBÓLICAS
¿Pero por qué estas victorias son poco conocidas o celebradas? ¿Será solo porque no tuvieron gran relevancia y no cambiaron demasiado el curso de nuestra historia?

El psicoanalista Luis Herrera ensaya la siguiente explicación: "hemos sido el centro de una colonia por tres siglos, eso pesa mucho. Y con la independencia nuestro territorio se fraccionó en diversos espacios y territorios, que, además, eran racialmente diversos. Otro elemento que nos da esa sensación de apocamiento es que el indio peruano (una de las mayorías del país) ha estado, hasta no hace mucho, en una situación muy inferior. Se nos ha acostumbrado a bajar la cabeza por mucho tiempo y más aún tenemos una letra del himno que dice "la humillada cerviz levantó", yo preguntaría ¿cuándo levantó? Entonces nunca caló totalmente la idea de nación. De otro lado, hemos tenido muchos caudillos y pocos estadistas. Y como sabemos los caudillos siempre buscan una satisfacción inmediata y no la construcción de una nación, es algo que se repite siempre hasta el día de hoy".

Entonces, el orgullo de ser peruano es más la letra de una canción que una realidad y las victorias son casi siempre simbólicas. En otras palabras no sabemos ganar. El psicoanalista pone el ejemplo del fútbol. Cuando entrevistan a nuestros jugadores, uno escucha una respuesta recurrente: "estoy trabajando con mucha humildad". ¡Por favor -dice Herrera-, humildad es lo que sobra en el país!

*Basado en el articulo escrito por Jorge Paredes y originalmente publicado en el diario El Comercio, en mayo del 2006.

**El combate del 2 de mayo es algo que ahora vendríamos a denominar un empate tomando en cuenta que cada bando reclama victoria. Para España (según ella la expedición era de castigo no una invasión o reconquista, a pesar de no reconocer la independencia del Perú y de izar su pabellón en las islas Chincha) fue una victoria porque consiguieron enfrentarse con éxito a las legendarias baterías y fuertes del Callao sin sufrir demasiadas pérdidas (ademas destruyeron la torre blindada, donde murió el Ministro Gálvez). Para el Perú en cambio fue una victoria, por haberse enfrentado a la tercera armada del mundo (que en sus filas tenia a la Numancia, uno de los navíos acorazados mas poderosos del mundo) y haberla obligado a retirarse sin cumplir su objetivo (que para nosotros era la reconquista y la destrucción, al no haber reconocimientos oficiales de independencia del Perú).

Lo cierto es que España no tenia el poder para intentar recuperar sus colonias y eso lo sabia el Perú y que la acción contra el Callao (como lo fue contra Valparaiso) era una demostración de fuerza y para limpiar el honor español, mancillado tras los combates de Papudo y Abtao, amén de no poder destruir a la inferior flota peruano-chilena antes de la llegada de los blindados peruanos. Es claro que se nos vende la historia del combate de 2 de mayo como una gran victoria militar cuando no fue exactamente así, y eso es debido a que el gobierno de entonces necesitaba legitimizar su poder (era producto de una revolución) ofreciendo al pueblo una victoria sobre un enemigo histórico aunque dicha victoria no fuera lo que anunciaban.

Es un caso similar al de Fujimori y la "victoriosa" Guerra del Cenepa. En realidad esto fue una victoria para ambos lados: Ecuador consiguió que su pueblo respaldara al gobierno, resistió y rechazó el contraataque de un superior ejercito peruano y Fujimori logro afianzar aún mas su poder sobre las F.F.A.A. y sobre el pueblo, vender una solución inexistente y mostrarse como el hombre de la paz.