Salgo de mi retiro para recordar brevemente una vieja entrada. A raíz de un articulo publicado en la sección El Dominical de El Comercio, "El fin de la leyenda negra sobre el viaje del General Prado", he pensado que seria bueno ampliar la información, complementarla y hasta corregirla con los datos del articulo que escribí hace un par de años.
Los barcos que nunca llegaron ¿o si?
A todos (o bueno a los nacidos y/o educados en Perú) nos enseñaron en el colegio, universidad, instituto que tras la captura del Huascar en la Guerra del Pacifico se hizo una colecta encargada a las damas de Lima con el propósito de comprar nuevos buques que pudieran suplir a los siniestrados (la Independencia encalló y el Huascar había sido capturado), tal era la debilidad económica del Estado esos días. Bueno todos o leyeron o les enseñaron también que el presidente en ese entonces, el presidente, General M.I. Prado, se largó a E.E.U.U. con ese dinero destinado a la Marina, bajo el pretexto de comprar armamento y acelerar la llegada de los ansiados barcos. Hasta ahí la historia oficial pero, ¿hasta donde es esto cierto?.
En primer lugar, las colectas si se realizaron, las damas de Lima y las juntas patrióticas de todo el país reunieron una cantidad bastante aceptable con la cual conseguir los barcos que tanto necesitaba el país en esos momentos. El papel de las damas de Lima fue bastante sobrecogedor, mujeres de todas clases sociales, cuyos padres, maridos e hijos estaban con el Ejército, colaboraron con sus joyas, su dinero y cualquier cosa de valor que sirviera para tal fin.
¿Es también verdad que el presidente huyó con el dinero?. Algo de cierto hay, pero no como lo cuentan. El dinero no se quedo en Lima, fue enviado a agentes peruanos en Europa con el propósito de buscar y conseguir los ansiados barcos. Francia, España, Turquía, Portugal, Dinamarca, Italia, Grecia, China y Brasil fueron los países en los que se busco construir, o comprar un barco de guerra adecuado para nuestras necesidades. Lamentablemente la falta de dinero, la "neutralidad", la búsqueda de Argentina (tan preocupada como el Perú por conseguir blindados) o las acciones de los agentes chilenos impidieron que se concretaran. El presidente si viajo a E.E.U.U. a conseguir armamento concretamente a iniciar las gestiones para la compra de la "Steven Battery", una batería flotante de Nueva York convertida en buque que no convencía a nadie. Cierto es que su comportamiento, al ausentarse del país en un momento critico fue deplorable, pero ese fue su mayor error. Al poco su gobierno era derribado por don Nicolás de Pierola (del que también se decía que se había apoderado de los fondos) y se convirtió en el culpable idóneo de las desventuras que la guerra traía.
¿Y el dinero, y los barcos?. Estas juntas patrióticas, a través de una comisión enviada a Europa durante el gobierno del general Prado, lograron mandar a construir dos cruceros: Diógenes y Sócrates, en los astilleros de Kiel, Alemania. Los mandaron a construir bajo bandera griega para despistar a los agentes chilenos que recorrían Europa. De Kiel debía enrumbar a Inglaterra y de ahí rumbo al Pacifico. Desafortunadamente, estos buques no pudieron llegar durante la guerra, ya que al ser conducidos a Inglaterra para que se les montara la artillería, el gobierno de ese país no permitió su zarpe, aduciendo neutralidad en el conflicto. Finalmente, solo el Sócrates, con el nombre de Lima llegó al Callao el 31 de agosto de 1889. El Diógenes fue embargado por el gobierno ingles como pago por los gastos derivados de la estadía en puerto de ambas unidades.
Fue este buque precisamente, el primero en visitar aguas chilenas después del conflicto (y por consiguiente aguas que fueron peruanas) al conducir los restos de Miguel Grau y de la dotación del Huascar de regreso a casa. Posteriormente, en 1926 durante el segundo gobierno de Agusto B. Leguia, el crucero Lima fue incorporado a la División de Submarinos de la Comandancia General de la Escuadra, como buque nodriza de Submarinos. Este buque prestó importantes servicios durante más de sesenta años en la Armada del Perú, siendo dado de baja en 1950. Algunas versiones afirman por el contrario que el final de este buque quedo en el oriente del país, durante la guerra peruano-colombiana de 1932 el Lima puso rumbo al atlántico y de ahí al Amazonas, para apoyar al Ejercito, pero cuando llego a aguas amazónicas peruanas, éste ya había concluido y finalmente encalló en uno de los afluentes del Amazonas cerca de Iquitos, donde aún debe encontrarse.
Finalmente eso es lo que ocurrió, lamentablemente la memoria histórica es muy limitada y se rige de acuerdo a conveniencias. Que distinto sería si se pudiera reflotar el Lima, y convertirlo en un museo anclado en el Callao. ¿Se imaginan ver al crucero que se compro con el dinero de aquellos peruanos, reflotado, restaurado, ondeando la bandera en el Callao, abierto a todos?. Ojala algún día suceda. El Lima merece una historia nueva, su propia pagina en la historia.