Tras el fracaso de la revolución federal amazónica promovida por el capitán Cervantes y tras la entrega de importantes territorios a Colombia, el país vivía una época de gran convulsión social. Terminado el gobierno de Leguía un nuevo caudillo surgiría, Sánchez Cerro, y con él las esperanzas de recuperar lo perdido.
Sánchez Cerro y Cervantes habían sido antiguos camaradas y amigos allá por Puno en 1915 cuando juntos debelaron la rebelión del mítico mayor “Rumi Maqui” de cuya pasión rebelde quedaron ambos impactados. Cervantes seria asesor del gobierno de Sánchez Cerro, antes de morir de tuberculosis en 1933.
RECUPERACION DE LETICIA
Mientras ocurrían acontecimientos importantes en Lima (elecciones y gobierno de Sánchez Cerro, muerte de Leguía, etc.), los compatriotas amazónicos no se daban por vencidos. No obstante que los jefes revolucionarios (el Cap. Cervantes, el periodista Madueño, etc.) tuvieron que huir al exilio, el pueblo siguió rumiando el desquite.
En efecto, 10 años después de la debelación de la Revolución Federal, en una operación típica de comandos, 49 ciudadanos iquiteños y pucallpinos, al mando del ing. Oscar Ordoñez y del Alférez Juan La Rosa, recuperan Leticia (1ero de setiembre de 1932) capturando a la guarnición colombiana que la custodiaba.
Al atardecer de esta jornada, el Mayor colombiano Jorge Pinzón entrega la bandera de armas y su espada a los patriotas loretanos. Las tropas colombianas son desarmadas y conminadas a abandonar Leticia, lo cual efectúan.
GUERRA CON COLOMBIA, PRINCIPIO Y FINAL
El nuevo régimen peruano de Sánchez Cerro, que aún no se asentaba en una coyuntura de guerra civil (sublevación de la guarnición de Cajamarca al mando del comandante “Zorro” Jiménez, las ultimas montoneras peruanas de Samanez Ocampo en Apurímac, la revolución aprista en Trujillo y Huaraz, etc.) es sorprendido tanto como el Gobierno Colombiano.
Inmediatamente Sánchez Cerro declara “Beneméritos a la Patria” a los patriotas loretanos y dispone que la infantería acantonada en Iquitos refuerce Leticia. El Gobierno Colombiano reacciona también y envía al General Vásquez Cobo con una división de 5 000 hombres al Putumayo.
Sánchez Cerro y Cervantes habían sido antiguos camaradas y amigos allá por Puno en 1915 cuando juntos debelaron la rebelión del mítico mayor “Rumi Maqui” de cuya pasión rebelde quedaron ambos impactados. Cervantes seria asesor del gobierno de Sánchez Cerro, antes de morir de tuberculosis en 1933.
RECUPERACION DE LETICIA
Mientras ocurrían acontecimientos importantes en Lima (elecciones y gobierno de Sánchez Cerro, muerte de Leguía, etc.), los compatriotas amazónicos no se daban por vencidos. No obstante que los jefes revolucionarios (el Cap. Cervantes, el periodista Madueño, etc.) tuvieron que huir al exilio, el pueblo siguió rumiando el desquite.
En efecto, 10 años después de la debelación de la Revolución Federal, en una operación típica de comandos, 49 ciudadanos iquiteños y pucallpinos, al mando del ing. Oscar Ordoñez y del Alférez Juan La Rosa, recuperan Leticia (1ero de setiembre de 1932) capturando a la guarnición colombiana que la custodiaba.
Al atardecer de esta jornada, el Mayor colombiano Jorge Pinzón entrega la bandera de armas y su espada a los patriotas loretanos. Las tropas colombianas son desarmadas y conminadas a abandonar Leticia, lo cual efectúan.
GUERRA CON COLOMBIA, PRINCIPIO Y FINAL
El nuevo régimen peruano de Sánchez Cerro, que aún no se asentaba en una coyuntura de guerra civil (sublevación de la guarnición de Cajamarca al mando del comandante “Zorro” Jiménez, las ultimas montoneras peruanas de Samanez Ocampo en Apurímac, la revolución aprista en Trujillo y Huaraz, etc.) es sorprendido tanto como el Gobierno Colombiano.
Inmediatamente Sánchez Cerro declara “Beneméritos a la Patria” a los patriotas loretanos y dispone que la infantería acantonada en Iquitos refuerce Leticia. El Gobierno Colombiano reacciona también y envía al General Vásquez Cobo con una división de 5 000 hombres al Putumayo.
MAPA DEL CONFLICTO
Estalla la guerra por río, mar y jungla: derrotas y victorias de ambos ejércitos a ambas orillas del Putumayo se suceden entre 1932 y 1933. Empiezan los enfrentamientos en Gueppi, Puca Urco, Yabuyanos y Calderón, y las bajas en ambos ejércitos se dan por centenares.
También el beriberi (conocido como “vomito negro” o hepatitis fulminante) diezma a ambas fuerzas, que prefieren mantener sus posiciones orilla a orilla, en campamentos que se asemejaban más a hospitales o cementerios.
Sánchez Cerro, decidido a iniciar una ofensiva hasta el Caquetá (para recuperar el territorio obsequiado por Leguía), ordena la Movilización General. Se presentan 30 mil hombres en Lima y 5 mil en Iquitos. Es entonces, en el Hipódromo de Santa Beatriz (actual Campo de Marte), cuando Sánchez Cerro revistaba las tropas destinadas al Putumayo, que cae asesinado por un militante aprista.
Seguidamente se instala una Junta de Gobierno presidida por el General Benavides y demás personajes de la política limeña, quienes inmediatamente desmovilizan las tropas y (consultando con la embajada de EEUU) firman el acuerdo de paz con Colombia, devolviéndole Leticia.
Durante la guerra peruano-colombiana de 1932-1933, los EEUU apoyaron resueltamente a Colombia, para compensarla del despojo de la provincia de Panamá (1904) que ellos promovieron. A cambio “recomendaron” a Leguía que la “compensara” con el Trapecio Amazónico y la salida al Amazonas.
También el beriberi (conocido como “vomito negro” o hepatitis fulminante) diezma a ambas fuerzas, que prefieren mantener sus posiciones orilla a orilla, en campamentos que se asemejaban más a hospitales o cementerios.
Sánchez Cerro, decidido a iniciar una ofensiva hasta el Caquetá (para recuperar el territorio obsequiado por Leguía), ordena la Movilización General. Se presentan 30 mil hombres en Lima y 5 mil en Iquitos. Es entonces, en el Hipódromo de Santa Beatriz (actual Campo de Marte), cuando Sánchez Cerro revistaba las tropas destinadas al Putumayo, que cae asesinado por un militante aprista.
Seguidamente se instala una Junta de Gobierno presidida por el General Benavides y demás personajes de la política limeña, quienes inmediatamente desmovilizan las tropas y (consultando con la embajada de EEUU) firman el acuerdo de paz con Colombia, devolviéndole Leticia.
Durante la guerra peruano-colombiana de 1932-1933, los EEUU apoyaron resueltamente a Colombia, para compensarla del despojo de la provincia de Panamá (1904) que ellos promovieron. A cambio “recomendaron” a Leguía que la “compensara” con el Trapecio Amazónico y la salida al Amazonas.